Esto de la maternidad es un camino sin fin, estoy a la expectativa todo el tiempo de lo que vendrá después, de lo que me ofrece el hoy y de lo bien que me lo estoy pasando. Sólo el verla, se me pinta una sonrisa de oreja a oreja, y una ganas locas de apachurrarla entre mis brazos con cada gesto que hace.
Disfruto a mi hija al 1000%, veo en ellas posibilidades enormes, y la quiero de aquí al infinito. Su sonrisa dulce e ingenua, su mirada fija y exótica (tiene unas pestañas envidiables) y sus cachetes provocan comérselos, todo esto y más nos tiene cautivados. Pero que les voy a decir yo, que soy su madre y que me tiene enamorada de los pies a la cabeza.
Cuando me enteré que estaba embarazada, sabía que quería documentar todo mi embarazo, mes a mes, semana a semana o días por día.