Llevo meses ausente, pero no podía dejar pasar la cita que tengo cada año para mirar atrás, recordar, sonreír y sentirme tan privilegiada de tenerte a mi lado. Es un encuentro con mis recuerdos y con todos los momentos que han pasado tan rápido y que no deseo olvidar. Quererte es lo mejor que me ha pasado nunca, es el sentimiento más libre y grande que he podido sentir. Te veo y no puedo creer que seas la mayor demostración de amor que hemos creado.

Hace apenas 365 días que te escribía una primera carta, fueron tus primeras veces de muchas cosas y desde entonces han incrementando de manera exponencial. Cada cosa para ti es totalmente nueva. No deja de sorprenderme lo rápido que creces, lo bien que aprendes y lo feliz que eres. Atrás, dejamos una etapa en la cual dependías mucho de mí, ahora veo como cada día eres más independiente, más segura, más tu. Y, no puedo dejar de sentir una increíble melancolía. Creces mi pequeña…y de que manera.

Las cosas han cambiado un poco, has tenido un año regular en cuanto a sueño se trata, ya no duermes tan plácidamente, así que las trasnochadas, han sido bastante durante este año. Cuando te levantas llorando sigues pronunciando las palabras mágicas MA – MÁ (que no siempre llegan en el momento adecuado, pero yo así sea Zombie voy). Seguimos viajando y tu vas con nosotros a todos esos rincones bellos del mundo, conocimos Menorca, Asturias, y Miami y volvimos nuevamente a Barranquilla (y fuiste tan feliz). Tenemos un montón de fotos que corroboran lo increíble que lo pasamos en cada sitio. Disfrutamos viajando en familia y es algo que conservaremos hasta siempre. Te coleccionaré postales para que guardes esos bellos momentos. En menos de un año hemos vivido en 3 casas distintas, es que tu padre es un nómada por naturaleza y tu madre le sigue la corriente, pero prometo echar raíces en esta última o por lo menos durar mucho más tiempo. Te encanta utilizar las herramientas y ayudar a tu papito a montar los muebles de la casa, quieres hacerlo todo tu sola y demostrar que lo sabes hacer, (pero esta etapa supongo que pasará, así como todo).

No te gusta que te peine, los moños, las colitas, binchas, sombreros o cosas por el estilo, es algo que te molesta y por ende vives con pelos de loca. Tu papá en cuanto te ve así, dice que te asalvajaste y pretende que te persiga por todos los rincones para peinarte, yo sólo puedo reírme. Pasaste de dar tus pequeños pasos a ser ahora una niña aventurera, que corretea por todos los sitios, arriesgándose a todo y queriendo andar sola por el mundo. Todo esto con un increíble cuidado. El no, sigue siendo tu palabra más nombrada aunque ya tu vocabulario ha aumentado y me derrites con cada cosa. Intentas tener tus conversaciones conmigo y te pones brava sino te entiendo. Juro que hago mi mayor esfuerzo para entenderte. El bye-bye es tu infaltable despedida. Tienes una gran predilección por los animales, a excepción de las moscas con quienes te peleas si las ves (yo pienso es que le tienes miedo). Yo ya te compré un mata- moscas por si acaso. Te encanta un guao guao, un miau, una muuuuu, un pe. Y te encanta hacer de elefante y león.

Ha sido tu primer año en un jardín y te lo has pasado fenomenal, es un lugar que respetan tus etapas de crecimiento y tu evolución, te disfrazas, cocinas, cantas, bailas, juegas, en fin, que te dejan ser una niña y de paso aprendemos palabras en inglés. Este año he leído mucho sobre la metodología Montessori, la cual intentamos implementar en casa. Con tus juguetes, con lo que te diviertes cada tarde, con todas las cosas de nuestro día a día. Es una filosofía de aprendizaje muy bonita. Verte pintar y disfrutar es una delicia. Te encanta. Te has convertido en una niña tan independiente y segura. Eres tan cariñosa y empática. Saludas a todo el que veas, a todo quien te regala una sonrisa, con un hola casual, te acercas a los niños al parque, a los abuelitos sentados, a la gente de las tiendas, eres así y yo no puedo dejar de sentirme tan feliz. Pero a la vez, eres tan salvaje, que tu padre se pregunta que de dónde has salido. (y es que corre arroyo por tus venas). Eres dulce, divertida, valiente, curiosa, con mucho genio, lista y sobretodo amorosa. Tu inocencia es lo más hermoso que puedes atesorar.

Tienes un bebé, una negrita palenquera y un muñeco cosido (y 80000 muñecos más, pero estos son tus preferidos por el momento), los cuales cuidas, besas y quieres a montones, lo paseas en tu carrito (inclusive a los 3)  y no puedes salir sin tu bolso y las gafas. Tus bebes tienen una cama, la cual utilizas tu primero y luego ellos.Te gusta el parque, oler las flores, corretear por ahí y luego cuando ya no quieres dar un paso más, en vez de subirte al carrito, quieres que te cargue. Pero esto, cada día es más difícil, porque los kilos se van notando y el cansancio del día a día más. Aunque no te preocupes los potes de leche klim y la bienestarina que me daba mi mamá han salido buenos.

Tu padre se pasó todo el invierno enseñándote a nadar, con una infinita paciencia logró que este verano adores con locura la piscina, que no te de miedo el agua, que seas un pez más y que disfrutes de esos momentos tan especiales a su lado. Esa es una de sus mayores recompensas. Conociste la nieve y te enrojeciste totalmente. Que susto me llevé. Ya sueles comer sola, y por lo general lo pruebas todo. Cuando no quieres algo, volteas la cara de una manera tan sutil que me tengo que contener la risa.Tus caras me enloquecen pequeña y tu manera de celebrar algo, mucho más «comienzas a saltar diciéndome ehhhhhh y llega un momento que quieres parar y dices pum» y nos morimos de la risa ambas. Son estos pequeños detalles lo que hace mis días más felices.

Cada vez que te levantas, te pasamos a nuestra cama y tenemos tan bonitos momentos como familia. No puedo besar a tu papá, si tu no lo haces también. Te encanta abrazarnos a los dos juntos a la vez y que te demos besos. Eres una niña adorable. Los terribles dos años llegan sin avisar y junto a el un torbellino de emociones, rabietas y desobediencia, pero sé que lo superarás y lo superaremos juntas. No ha sido fácil. Intento tener la máxima paciencia posible, y muy pocas veces la pierdo, pero hay días en que todo se vuelve cuesta arriba. Fue un año donde asistimos a una boda, te celebramos dos veces el cumple, perdí a dos personas maravillosas de mi familia, que estarán junto a mi para siempre y lamenté no estar allí. Cuando me viste recibir la noticia de la muerte de mi abuelita, te pusiste a llorar. Tuviste la gran fortuna de conocerla y yo de despedirme de ella.

Una de las cosas que más disfrutamos es leyendo cuentos. Lo hacemos cada noche. Poco a poco, tu biblioteca se hace grande y verte a ti disfrutar de todas esas lecturas, es mi mayor recompensa, verte sentada, cogiendo un libro y sentarte a leer, es para morirse de amor. Sigues siendo la niña que nunca tiene sueño, pero sigo durmiéndote como la primera vez y no renunciaré a ello, a menos que tu me lo pidas. Ya lo haces, me dices que te ponga en la cuna, pero me pides que me acueste a tu lado (y yo no lo puedo evitar jijiji). No dejaré de cogerte en brazos, de dormirte, de apachucharte, aunque digan que te acostumbrarás a los brazos. Porque llegará un día en que ya no querrás nada de eso. Y no me pienso perderme la dicha de tenerte en mis brazos. Para dormirte, comienzas a tocarme el arete y la cadena. (nunca se me olvidará). Te encanta ayudarme en todo: limpiar, cocinar, lavar, y todo lo que esté haciendo pero sobretodo a desorganizar. Tu sentido de la imitación es increíble. Sigue sin gustarte la silla del carro. Pero en cambio, ya podemos ver pelis juntas: Blancanieves, La sirenita, El Rey León, Buscando a Nemo, Madagascar hacen parte de tu galería.

Han sido dos años mágicos. Una experiencia que no se compara con nada de este mundo. Eres mi niña, la mejor que pueda tener, la que me convirtió en la mamá más orgullosa del mundo mundial.  Nunca olvides lo increíble y maravillosa que eres y recuerda siempre que estaré ahí para que esto no se te olvide jamás. Sigue iluminando mis minutos con tu cálido amor.

Y, así como tu me quieres hasta el sol. Yo igual y más.

Tu mamá