Cuando tu pequeña hija no es glotona

Si, si, si ser mamá es lo mejor del mundo, pero eso no quiere decir que no tenga sus altibajos bastante bajos. Ya te conté aquí mis alegrías en estos 6 meses como madre, me extendí demasiado creo yo, pero creo que ser mamá no tiene fin. Pero hoy te contaré mis devenires y esas cosas que han hecho que lloré en la cocina como una magdalena.

Esta lectura no es apta para mamás con hijos glotones. Si es así, puedes leer otro post mío. Que tu hijo no quiere comer…sigue leyendo.

Si tu hijo no quiere comer

Ser madre no viene con manual de instrucciones, todo va fluyendo como por arte de magia, es como tener una varita para todo, que si saber poner pañales, pum, aprendes como si lo hubieras hecho toda la vida, que si sostenerlo al bañarlo, pum, eres un maestro sujetando a tu bebé. Que si sacarle los mocos, pum, aprendes como si fuera tu pan de cada día. Hasta que llega el día en que tienes que introducirle los alimentos sólidos. OMG!!!!!!!!!!!!!! AUXILIOOOOOOOOOOOO!!!

Siempre escuchas que es muy raro que a los niños les guste comer, pero no me imaginé que fuera en un grado máster extreme. (No quiero asustar a ninguna mamá, ni generar terrorismo en las futuras, sólo es lo que me pasó a mí). Es sólo para desahogarme y servir de compañía para alguna madre que haya pasado por lo mismo o le esté sucediendo.

Si tu hijo no te sale comelón, es mejor que desarrolles una paciencia infinita. Porque la necesitarás o si no te derrumbarás a la primera. El día que el pediatra nos dijo que debíamos comenzar a introducirle los alimentos sólidos. Salí emocionada de la consulta, con la ilusión que nos llegaba vivir otra etapa y que disfrutaríamos. Pero señoresss!!! NOOOOOOOOOOOO!! No fue así del todo.

Yo tan feliz y muy pero muy ilusionada por vivir esta nueva experiencia, le preparé su merienda. El menú era puré de pera!! Ay! esa pera fue echada en el lavaplatos, así enterita.

Claro la primera vez normal, me abrió la boca un poco, comienza a sentir las sensaciones nuevas y normal. Te hace una cara, chistosísima, que te mueres de la risa y se te hace divertido.

Segundo día: misma cara chistosa, y poco más de una cucharada. O la misma que el día anterior.

Y así el tercero, cuarto y quinto día. Yo respiré profundo pensando que mañana sería mejor. El sexto te da una sorpresa y se come casi todo y yo tan feliz creyendo que ya había ganado la batalla. Pero señores NOOOOOOOOOOOOO!! Sólo fue algo fugaz. Comienza el padecimiento.

Si tu hijo no quiere comervía: Instagram

Es aquí cuando dar de comer se vuelve algo terrorífico. No consigues que se coma lo que has preparado, que tenga un ritmo adecuado. Así que comienzan a sacar todas tus armas. Yo la cambiaba de una silla de comer a otra, la colocaba en todos los sitios, viendo la televisión, en el sofá, frente al espejo, en fin que no había forma humanamente posible que dejará de hacer pucheros para comer. Resistencia al poder. Un día hasta tiró en su plato un juguete. Otro día, dejé el plato un poco cerca de ella y fui a la cocina y cuando regresé, tenía un regalo en la alfombra bastante pastoso. Otro día, la senté en mis piernas a ver si ahí se sentía mejor. En conclusión que busqué las mil y un alternativas para que pudiera comer. Hasta pensaba que lo hacía de maldad.

Pero nada… mi impaciencia estaba en la cima más alta que pudieras imaginar. Mi tope estaba siendo sobrepasado porque pensaba que no lo iba a lograr. Así que me fui a la cocina y lloré, si, lloré mucho y me sentí frustrada, fue duro chocarme con esa realidad. Pero por arte de magia, eso me hizo más fuerte, así que saqué mi varita y lo logré. Siii!! Ahora mi hija come con cuchara dos veces al día y lo hace tan bien que ahora si sé que gané la batalla. Ahora comemos en frente de todo tipo de muñecos animados en el Ipad, (aunque sólo le gusta la introducción de los muñecos) y poco a poco lo hemos ido dejando. Ya comenzamos a comer bastante cucharadas en completo silencio.

Si tu hijo no quiere comerY con esto no quiero desanimar a nadie, sólo que si se sienten que en alguna cosa como mamá no pueden, que tengan mucha paciencia en que lo lograran. Al final siempre sale el arco iris con la solución que te hará feliz. Perseverancia y muchas ganas de seguir intentándolo una y otra vez. La técnica está en no rendirse antes que ellos. Y si hace falta llorar en la cocina, hazlo, que no pasa nada. Te servirirá para seguir. Así como yo seguí.

Si eres mamá, ¿Te ha pasado esto? ¿Crees que tu paciencia te sobrepasará? ¿Algún tip que hayas hecho para que comiera mejor?

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Que pasen un lindo jueves!!

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Un comentario en “Cuando tu pequeña hija no es glotona

  1. Pingback: Confesiones de miércoles | Pepita Pancracia

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